En ocasiones sentimos como es que la vida parece nos restriega en la cara que no somos nada… y nos enfrenta con los limites de nuestra condición; situaciones en donde se pone en entre dicho nuestra salud, nuestra estabilidad económica o emocional o, sencillamente, nuestra incapacidad para obtener lo que tanto deseamos.
Instantes en los que la desilusión anda asechando a la depresión y, si nos seguimos de largo sin tomarnos un minuto para pensar… terminamos convencidos y dominados por todo ese absurdo… ¿por qué absurdo? … porque la vida no se acaba cuando te encuentras con un muro… porque mientras haya vida… hay opciones.
Ciertamente estamos creando o destruyendo a cada momentos opciones con nuestro pensamiento; ahora bien, tampoco podemos estar atentos ininterrumpidamente a cada idea que cruza por la mente… mucho menos hoy en día, en donde estamos tan bombardeados de información… eso sería imposible. Lo que si deberíamos cuidar, es de no darle fuerza. Es decir, no permitir que las negativas echen raíz en nuestra mente, esa que todos sabemos muy bien... es altamente fértil.
Hay que tener en cuenta que si pensamos detenidamente en algo le damos fuerza y crece. Poner atención a las ideas, a las que estamos ‘pase y repase’ sería una buena opción… porque son las que se están magnetizando y nos demostraran que verdaderamente nos convertimos en aquello en que tanto hemos estado pensando.
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