Si mi amor, ésta es la estación de las circunstancias y este el tren de mi vida, quien sube a el sube por alguna razón... los caprichos no existen, todo pasa por algo...
Tu compraste tu boleto hace tiempo, recuerdas? No sabias si la señora de la taquilla te vendería el boleto o si podrías abordar el tren, no sabías a que hora o por que salida, por que puerta, en que sala de espera, si tenías que cargar maletas o si en este viaje no importaba cambiarse o no la ropa.
Se te vendió un boleto y abordaste, nadie dice que ha sido fácil, por que mi tren es como yo... como mi vida... un poco loco y travieso, a veces a medio camino se detiene en algún risco o barranca tan solo para llenar su vista y su corazón con la llovizna que se logra ver hasta el fondo, le gusta sentir la brisa en su máquina cuando va corriendo de prisa hacia otra estación y pasearse despacio por los pueblitos que le gustan y donde se siente casi, como en casa...
Ha sido un viaje largo, verdad cariño? Pero hemos tenido oportunidad de conocer muchos lugares juntos, los celos, la gracia, el amor, la ternura, el berrinche, la reconciliación... lugares por donde teníamos que pasar, por que así lo dice la bitácora del viaje... eran destinos forzosos.
Ha sido un placer recorrer este camino contigo, lo sabes?
Tu sabes que tu libertad no esta coartada, no eres mi prisionero, mi tren te llevara hasta donde tu quieras... el día y en cualquier momento que desees puedes decender de el, sin ninguna pena o reproche, recuerda siempre que el verdadero amor, no ata, así que mi tren tiene los frenos bien puestos y dispuestos para cuando digas...
–Aquí me bajo!!!
Te dejare en la estación que hayas escogido mientras por la ventana mi mano sacude un pañuelo blanco que tristemente secará mis lagrimas al marcharte y el señor que checa los boletos grita con fuerte voz...
–Váaamoonooos!!!!
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