La mujer que lee las trece cualidades y le divierte advertir que se identifica con ellas, con la idea de ser o convertirse en una anciana, y lo ve bajo un prisma positivo, es una mujer sabia. La mujer que ve en alguna o en varias de estas cualidades lo que desea desarrollar en sí misma y encuentra la fuerza para realizarlo en estas palabras, es una mujer que evoluciona.
Las ancianas no se quejan.
Las ancianas son atrevidas.
Las ancianas tienen mano para las plantas.
Las ancianas confían en los presentimientos.
Las ancianas meditan a su manera.
Las ancianas defienden con fiereza lo que más les importa.
Las ancianas deciden su camino con el corazón.
Las ancianas dicen la verdad con compasión.
Las ancianas escuchan su cuerpo.
Las ancianas improvisan.
Las ancianas no imploran.
Las ancianas se ríen juntas.
Las ancianas saborean lo positivo de la vida.
La vida es el material con el que todas debemos trabajar. Hasta que este período no haya concluido, todas seguimos estando "en el proceso", involucradas en una historia inacabada. Lo que hacemos con la vida es nuestra opera magna o gran obra de creatividad personal. Si adoptamos el punto de vista de una anciana, nos veremos a nosotras mismas y veremos a los demás desde el ámbito del alma en lugar de desde el ego. Envejecer bien es un objetivo que vale la pena desear.
De: Las Brujas no se quejan. Jean Shinoda Bolen.
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