viernes, 22 de febrero de 2013

Nubes locas... Rebeldes del Zen...

La historia del Zen comienza en la India, cinco siglos antes de Cristo, con el Buda meditando bajo el árbol Bodhi y saliendo de la meditación para contemplar la estrella matutina. El Buda se transformó en maestro errante luego de descubrir que la naturaleza de todos los seres es la misma: completa vacuidad.

P’ang Yun: el Zen en familia.


El pasado ya ha pasado,
no intentes recuperarlo.
El presente no perdura,
no intentes apresarlo momento a momento.
El futuro no ha llegado,
no pienses en él con anterioridad…
Aparezca lo que aparezca, déjalo ser.
No hay mandamiento que seguir,
no hay impurezas que purificar.



Rinzai: la tormenta espiritual.


La mente no tiene forma y ocupa las diez
direcciones: en el ojo se llama ver, en el oído se
llama oír, en la nariz se llama oler, en la boca
sostiene conversaciones, en la mano toma y
sostiene, en los pies corre y transporta.
Fundamentalmente, es pura radiación; dividida,
se vuelca en las seis esferas armónicamente unidas
de los sentidos. Dado que la mente no existe,
estés donde estés, estás emancipado.



Bassui: el amante de los sonidos.


Dejad de vagar, observa de manera penetrante
en tu naturaleza inherente y, concentrando tu energía
espiritual, siéntate en zazen y atraviesa las barreras.

El Zen de Bassui no requiere prácticas artificiosas. Sólo pide al que está leyendo esto ahora que se observe y pregunte: ¿Quién está leyendo?



Ikkyu: el emperador de los renegados.


Del mundo de las pasiones,
regresando al mundo de las pasiones.
Hay un momento de pausa:
Si es la lluvia, que llueva.
Si es el viento, que sople.



Bankei: el orador del pueblo.


En cuanto dejas que aparezca otra
cosa (como la ira), te transformas en un
ignorante, vives un engaño… Al dejarte alterar,
permites que tu mente se transforme en
un espíritu peleador, y caes en una existencia
engañosa de tu propia creación.



Hakuin: el viejo hereje bajo el árbol sala.


El pasaje de la Gran Duda a la Gran Muerte
no se puede describir; según Hakuin, es una “transformación 
súbita que está más allá de la propia voluntad”. Por lo general,
una pequeña percepción (el sonido de una campana, el olor del
incienso o un dolor físico) puede disparar la experiencia de ver
la propia naturaleza. En ese momento se produce “la
absoluta certeza de estar frente a la verdad”. Las reflexiones
y explicaciones racionales posteriores sólo conducen al error,
acompañado del sabor rancio de estar “hablando de una
experiencia pasada”. Sin embargo, en el momento de obtener
comprensión mediante esa pequeña percepción, surge la Gran
Alegría, el sentimiento de que todo está tal como debe ser desde
siempre o, en palabras de Hakuin: “No hay nada que buscar”.



Nyogen Senzaki: el hongo desamparado.


Mi ideal de vida es llegar a ser un hongo
inservible, sin flores atractivas ni brotes ni hojas.
Cuando empiece a gustarles demasiado,
desapareceré de la vida de ustedes…

Amigos de dharma, estén satisfechos con lo
propio. No pongan un falso ídolo por encima de
ustedes, luego, momento a momento, observen
cuidadosamente cada paso que dan. Mantengan
siempre la cabeza fría y los pies calientes. Éstas
son las últimas palabras que les dedico…

Soen: el maestro del juego y la actuación.


Lo ordinario es extraordinario. Todos los dramas
no tienen si no un objetivo… comprender el Gran
Tema… comprender esto, darse cuenta de esto,
vivir esto en la vida ordinaria. No hay
necesidad de ir al Kabuk. Por supuesto que es
bello y yo lo aprecio mucho. Pero el drama no
está presente solo en Rinzai, Obaku, Bokushu, los
actores del teatro Noh y los maravillosos actores y
actrices de Nueva York. Cada acto de vida
cotidiana no es otra cosa que el Gran Tema,
incluso comer, cocinar y dormir.



Los “nubes locas” – artistas, poetas, actores y todos los demás – fueron sacados de la escena, sus enseñanzas fueron diluídas por tradicionalistas, cuyas conexiones seculares con el mundo del poder y la política deformaron la división del Zen… El Zen del “nube loca” no es hedonista ni excéntrico: es el desarrollo natural de aquel cuya comprensión de lo inefable emerge como la forma más espiritual de expresión en este cuerpo y en este lugar, se representa en un escenario sin forma, expresando un espíritu en las caricaturas de Hakuin y enlas poesías de ikkyu. Desde el vacío, nos hablan con gestos.


De: Nubes Locas. Rebeldes del Zen.